Como quisiera enamorar a los niños del deseo de vivir bajo el poder del
Espiritu Santo.
Como quisiera dar a conocer, a los niños, las riquezas inimaginables, que
se regalan cuando somos amigos del Espíritu divino
Como quisiera descorrer el velo que impide conocer a tan Sagrado Maestro, dándoles
a contemplar la belleza de ese Volcán Divino que es el Corazon Sacrosanto del Espíritu
Santo… como se maravillarían los niños al contemplar esa explosión de Amor
divino, del Padre al Hijo, del Hijo al Padre… y de ambos hacia su pequeñas criaturas.
Como quisiera llevar a los niños a vivir una íntima y sabrosa amistad con
el Maestro Paráclito… cuantas experiencias místicas no se darían entre los niños
y el Espíritu Santo. Sus pequeños rostros brillarían mucho más que el de Moisés,
porque los niños son puros, sumamente puros, siendo recipientes perfectos para Dios.
Como quisiera descubrirles a los niños la verdadera felicidad tan a la mano…
enseñándoles a invocar al Espíritu Santo, en todo momento, de día y de noche…
con todo el corazón… con toda la vida… como quisiera…que experimentaran ese
gozo divino que les haría estallar en puro amor… de cuanta felicidad se pierden
los niños de hoy día…
Mater, yo no puedo, pero tú, Madre, tú si puedes…
Desde la Soledad del Sagrario
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